"Es la romería con más solera. Si el tiempo acompaña, caminar hasta el santuario es costumbre extendida entre los más devotos. El objetivo es recorrer a pie los once kilómetros que separan Vitoria de Estíbaliz, antes de que el repique de campanas llame a la misa mayor. A ella asisten los máximos representantes forales y municipales, como rige la tradición. A principios del siglo XX, la Virgen de Estíbaliz era llevada en procesión a presidir la sesión de las Juntas Generales, donde la nobleza, el obispo y los labradores elegían a las autoridades civiles y militares". (Fuente: www.elcorreo.com)
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