Calle Vicente Goicoechea

En el año 1860, estuvo en esta calle el salón de baile El Vascongado

«En la casa señalada con el número 8 vivió el popular sacerdote don Domingo Zabaleta, que además era conocido por su dedicación al arreglo de relojes. En la primera casa del otro lado residió don Jesús lzarra que, además de Procurador de los Tribunales, ejerció el periodismo y publicó muchos trabajos de carácter y costumbres populares, que tan bien él conocía, destacando sus "cuentos aldeanos". Siendo concejal del Ayuntamiento, fue presidente de su Comisión de Festejos. También fue señalada su actividad como fiel de fechos o secretario de la Cofradía de la Virgen Blanca, así como de la de Santa María de Estíbaliz. En la misma esquina hubo una casa de baños, llamada de Izarra, según un plano de 1825». (Fuente: Venancio del Val - año 1979)

Bar del Círculo Republicano

Hacia el año 1932 - (Autor: Balbino Sobrado) - (Fuente: AMVG) 

La sede de la Agrupación de republicanos de Vitoria

«La República, órgano del Partido Republicano de Álava, era una publicación semanal que tenía su sede en el número 5 de la calle Fueros. En el número del sábado 25 de diciembre de 1915 aparecía la siguiente nota: Con el fin de que los socios del Círculo Republicano puedan pasar unas horas entretenidas y alegres, la Juventud Republicana ha dispuesto, con la venia del Partido, dar estos dos días de Pascua cuatro bailes, dos tardes y dos noches. Creemos que se verán tan concurridos como siempre».  (Fuente: www.euskalmemoriadigitala.eus)

«La importancia del republicanismo vitoriano fue muy notable desde los comienzos del siglo XX. Antes, repuestos los Borbones desde 1875, Ricardo Becerro de Bengoa se hizo con cuatro actas de diputado, lo que dejaba patente la importancia de este sector político dentro del bloque liberal, que se enfrentaba en Vitoria al potente tradicionalismo».  (Fuente: www.errepublikaplaza.wordpress.com)

Avenida de Gasteiz

Año 1972  -  (Fuente: Fundación Sancho el Sabio)

En esta calle estuvo La Kokett, la primera sala de fiestas

«Su primer tramo, junto al Portal de Castilla, primitivamente se llamó de Hilarión San Vicente, que fue el popular contratista vitoriano de obras que la inició. El primer edificio que se levantó en esta avenida, en su parte izquierda, fue el destinado a Central de la Compañía Telefónica, esquina a la calle del Beato Tomás de Zumárraga, junto a la fábrica metalúrgica de Ajuria, y que, al poco tiempo, al resultar insuficiente para todos sus servicios, hubo de ser ampliado con una planta más. Se inauguró el 11 de marzo de 1966. Posteriormente, ha sido construida otra central en la calle Cuadrilla de Vitoria. En la casa inmediata quedó establecida poco después la Jefatura Provincial de Tráfico, instalada el 19 de diciembre de 1969.»  (Fuente: Venancio del Val - año 1979)

Vendimia en Labastida

Hacia el año 1910  -  (Autor: Emilio Oñate)  -  (Fuente: ATHA)

Septiembre, un mes perfecto para disfrutar del mundo del vino

Varios hombres cargan comportones con uva en una mula, en el transcurso de los trabajos de vendimia en la localidad alavesa de Labastida.

«Se dice que ya en el Antiguo Egipto los faraones brindaban con vino y que el proceso de la vendimia era un ritual largo y ceremonioso, que se puede considerar el origen de las fiestas actuales de la vendimia. Los egipcios hacían la cosecha de la uva, las dejaban en cestas y las pisaban hasta que el mosto salía por un desagüe hasta una vasija».  (Fuente: www.skycanner.es)

«Labastida es un pueblo encantador que desprende historia por los cuatro costados. El vino en este pueblo es fundamental y son muchos los vecinos que viven de la actividad que genera. Desde la cima del monte Toloño, se puede disfrutar de las espectaculares vistas a los campos y viñedos. Septiembre es el mes de la vendimia por excelencia».  (Fuente: www.gaursarentacar.com)

Paseo de Fray Francisco

(Autor: Rufino Ángel Eguíluz)

Los primeros chalets se empezaron a edificar en el año 1903

Vistas del palacio Augustín Zulueta (museo de Bellas Artes), del kiosco de La Florida y del paseo.

«En el año 1894, el Ateneo había solicitado que se le pusiese el nombre de Fray Francisco de Vitoria, fundador del Derecho Internacional, a la entonces Plaza Vieja, actual Virgen Blanca, pero la petición no prosperó. El día 30 de junio de 1897 se le dio este nombre al paseo. Su extensión era desde el actual paseo de la Universidad hasta la calle de Elvira Zulueta. El 8 de junio de 1960 se le añadía el tramo final del paseo de la Senda, desde el puente del ferrocarril, y el que va desde el monumento hasta el paseo de Cervantes. En el año 1917, por encargo de Ricardo Augustín se construyeron varios chalets. La clínica del doctor José María Tauste ha sido convertida en la actualidad en una residencia para personas mayores».  (Fuente: José María Bastida)

Calle Eduardo Dato, en 1934

Año 1934  -  (Autor: Pascual Marín)  -  (Fuente: Kutxateka)

Multitud de personas en una jornada festiva

«Desde el año 1927, en el mismo lugar donde estuvo el Café Universal, tiene su entrada el Banco de Vitoria, que anteriormente la tenía por la calle de Postas, desde que en este edificio se estableció en 1917. Antes, desde su fundación en 1900, estuvo en la esquina General Loma-Becerro Bengoa. En el mismo lugar donde estuvo el Banco Exterior de España, inaugurado en 1959 en el número 18 de la calle, hubo a principios de siglo una joyería, la de Tomás Molet, y el establecimiento de electricidad y fotografía de Pedro López. Posteriormente tuvo Gregorio Bombín el bar Derbys. En la esquina con la calle Postas, a la derecha, estuvo el Parador Viejo, que desapareció al iniciarse la calle. Tuvo aquí mismo su librería La Prensa don Pedro Alonso, antecesor del kiosco El Globo».  (Fuente: Venancio del Val - año 1979)

Cuchillería Ferreiro

Hacia el año 1950 - (Autor: Vicente López) - (Fuente: ATHA)

En la calle Lehendakari Agirre, desde antes del año 1880

«Hace un montón de años llegó desde Orense Rodrigo Ferreiro para fundar la cuchillería de escaparates de madera de color bermellón. En sus atiborradas vitrinas relucen las hojas brillantes de navajas, cuchillos, espadas, hachas... todas tan afiladas que con sólo mirarlas parecen cortar el aire. El taller de su biznieto Ángel se interna en parte bajo tierra, como si una tijera hercúlea le hubiera dado un tajo a la acera y alguien hubiera incrustado allí una suerte de bunker chiquitito. Al espacio se accede tras sortear el mostrador, a través de una especie de pasillo diminuto, casi asfixiante. Como en todos los lugares aparentemente caóticos, en el angosto espacio de cinco metros cuadrados parece reinar un desconcertante desorden; sin embargo, cada herramienta está convenientemente colocada en su lugar».  (Fuente: www.elcorreo.com)