En la historia negra de Labastida
"Fue el escenario elegido para ejecutar en la horca a un asesino que mató a su amigo tras discutir en una partida de cartas, en la que apostaron una porción de vaca. Era el 10 de junio de 1765. Se identificó al muerto como Manuel Martínez, a quien apodaban ‘El Moro’. El alcalde de Labastida, Manuel de Lacuesta Ocio, desempeñaba el cargo de juez ordinario. Tras declarar los testigos, se detuvo en Logroño al autor del crimen, Francisco Pardo. Fue trasladado a Labastida prendido en un cepo, cadena y cinto de hierro. Juzgado y hallado culpable, fue sentenciado a morir en la horca".
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