Convento de San Francisco

Año 1930  -  (Fuente: Fundación Sancho el Sabio) 

El suntuoso edificio se construyó en el año 1235

«Atribúyese la fundación de San Francisco al mismo Patriarca al pasar por Victoria en 1214; pero la gran fábrica que conocemos no debió terminarse hasta pasado el año 1290. Subsiste convertido en cuartel desde la primera guerra civil. Hemos visto el convento de San Francisco en su desarrollo y esplendor, albergando si nuestra memoria de niño no nos es infiel, de sesenta a cien religiosos y legos. Ocupaba el exconvento la misma superficie que hoy, y además todo el espacio que comprende el actual camino de Ronda, Plazuela de la Independencia, ensanche del camino de Rioja y el cuartel de Artillería. Encerraba este gran espacio su huerta y algunas dependencias, cercado de altas paredes. La iglesia y el claustro se construyeron en los siglos XIV y XV. Los Dominicos que he llegado a ver en su convento tenían reputación de más ilustrados y estudiosos que los Franciscanos y demás órdenes monacales».  (Fuente: Ladislao de Velasco - año 1889)

Plaza de la Burullería

Año 1999  -  (Autor: Garikoitz Estornés)

Los burulleros eran tejedores de paño, en la época medieval

«A la hora de elegir el nombre para el espacio resultante de la profunda transformación realizada en la década de 1980, se quiso recordar un antiguo barrio gremial allí existente. Ese nombre ha sido y sigue siendo objeto de diversas controversias con opiniones para todos los gustos. La elección no era fácil: Brulleria, Barulleria, Burulleria, Burelleria… eran nombres a tener en cuenta por su aparición en diversos documentos y publicaciones.  

En un libro publicado en 1863 titulado Reseña histórica del antiguo obispado alavense se puede leer la expansión de la villa en el siglo XIII, con la creación en dos épocas distintas de las seis primeras calles  quedando despoblado el sur  y el norte. Menciona que la parte norte no tardó en poblarse, tirándose la muralla y dándole a esta nueva población los nombres de Burulleria y Barrencalle. Según esto, el barrio de la Burullería dataría del siglo XIII».

"Gaztetxos" en la calle Francia

Año 1935

 Jovencitas en la calle Francia, junto al garaje Erenchun

«Los patriotas vascos se multiplicaron en el año 1933. Además de la apertura de la sede de los miembros, se iniciaron otro tipo de organizaciones como Emakume Abertzale Batza, Euzko Gaztetxu Batza, Asamblea de Estudiantes, etc. Aunque todos estos grupos estaban relacionados con el folklore, los que más importaban eran los jóvenes y las mujeres. De hecho, las integrantes de la Asamblea de Mujeres Abertzale eran "gaztetxoak" y "poxpolinak", que estudiaban para aprender canciones y bailes vascos. Por lo tanto mientras actuaban las entidades vascas, los grupos de baile que aprendían los "bailes de la raza" se estaban multiplicando. No es de extrañar que en todos los actos políticos se llevasen a cabo representaciones folclóricas. Desde las tomas de posesión de los nuevos consejos e instituciones hasta las mayores manifestaciones el folklore se reflejaba en todas las actividades patrióticas».  (Fuente: Jesús P. Chueca)

Academia de mutilados de guerra

Año 1939 - (Autor: Foto RAGÓN) - (Fuente: Revista "Vida Vasca") 

Comedor del Pensionado para Caballeros Mutilados de Álava

«Las aportaciones de Álava a la guerra no han sido escasas; sus actitudes han sido decisivas; en la atención a los combatientes no ha envidiado a ninguna provincia. Junto a otras instituciones de carácter general, funciona en la capital una enteramente bella, debida a la iniciativa de la Delegación de Asistencia a Frentes y Hospitales, que con tanto celo trabaja en su nacional tarea. Era preciso no desatender a aquellos combatientes que habían perdido miembros de sus cuerpos y, al no estar en condiciones para desempeñar cualquier trabajo, se les presentaba un futuro hosco y turbio. A principios de septiembre era ya una realidad la Academia para mutilados, a la que se dio el nombre del Canciller Ayala, soldado y literato. Las clases comienzan a las tres de la tarde y duran hasta las nueve de la noche. Da gusto apreciar el entusiasmo con el que estudian los muchachos y el cariño que les dan los profesores».  (Fuente: Venancio del Val - año 1938)

Calle Los Herrán

Año 1959 - (Autor: Alberto Schommer Koch) - (Fuente: ATHA) 

La estación del ferrocarril Vasco-Navarro, un edificio característico

«Enfrente de donde estuvo la estación del Vasco se encuentra la Sociedad Recreativa "Zaldiaran" desde el año 1953 en el número 23. En el mismo edificio, cuya construcción de marcada arquitectura vasca fue muy celebrada al realizarse por el año 1923 por Román Goicoechea, tuvo éste su taller de muebles, imaginería y escultura. Más adelante, en el tramo comprendido entre la calle de Prudencio María Verástegui y La Esperanza, esquina con la primera, estuvo emplazada una de las casetas de recaudación de arbitrios, para atender los géneros que pudieran estar afectados por éstos al ser introducidos desde la estación inmediata. Junto a la misma se halló la báscula municipal que, colocada antes y después en otros lugares, a principios del año 1975 quedó instalada en la calle de la Peña. Hasta dicho lugar llegaba la antigua Plaza para el mercado de ganados, trasladada a la calle de los Reyes de Navarra».  (Fuente: Venancio del Val - año 1976)

Maeztu, en 1948

Año 1948 - (Autor: Foto RAGÓN) - (Fuente: Revista "Vida Vasca") 

La procesión de la Virgen del Campo, una tradición alavesa

«Pasa la tradición inveterada sobre la tibia tristeza de los paisajes. Tradición secular que trae aromas de horizontes remotos, diluidos como en una visión de éxtasis. Cunden las plegarias y el Ángelus vespertino por la llanura inmensa. Y tras el cortejo secular queda la vieja ermita de la Virgen del Campo con tristeza de distancias, iluminada por un halo lunar y mecida en un tenue invierno. Y pasa el cortejo sencillo, portando los estandartes de la fe y de la victoria. Y no es éste, de las viejas costumbres alavesas, el único retoño de los cortejos que serpean por los caminos. La tradición es andariega e incansable. Y en las tardes de los domingos, mientras las últimas campanadas surgen de la vieja espadaña, todo el vecindario gorjea brisas de espiritualidad en promesa perpetua de devoción, heredada de sus mayores. Por remate, el cortejo procesional rodea la iglesia aldeana. Hay calma y paz en las almas lugareñas».  (Fuente: Revista "Vida Vasca" - año 1948)

La fábrica de sacos

Hacia el año 1930

Yutera "Rica" S.A., en la calle Vicente Goicoechea

«Juan Bautista Alfaro, yerno de Heraclio Fournier, aunque también tuvo en una época la fábrica de sacos de la calle Vicente Goicoechea, no tuvo nada que ver con el lío de la fusión de las yuteras, mucho más moderna. Hacía muchos años que había pasado a la firma Rica S.A. También tuvo una fábrica de sacos en la calle Florida, al lado de la calle Rioja, por donde en la actualidad se abre la calle Lope de Larrea. La familia Alfaro mantuvo la finca de la calle Florida hasta época mucho más reciente, dedicándola a otras actividades. Además en un anuncio se habla de terrenos, por lo que me inclino que se refiera hacia la calle Vicente Goicoechea. La empresa Rica S. A. adquirió la fábrica que había tenido Alfaro en Vicente Goicoechea. Lo más probable es que en 1935, Rica intentase vender, no lo pudiera hacer y decidiera explotarla, ya que hasta la década de 1970 Rica siguió con la fábrica de sacos».  (Fuente: José María Bastida)

Paseo de la Senda

Año 1923

Puente del ferrocarril, antes de llegar al colegio de los Corazonistas

«Lleva el nombre de paseo de "La Senda" -antes llamado "Senda del Prado", porque conducía al parque de esta denominación- el que comunica el de "La Florida" con el de "Fray Francisco", entre las calles de Ramón y Cajal y Marqués de Urquijo. Primitivamente se le distinguía como "Salón de la Florida", y hasta no hace muchos años todavía los vitorianos seguían conociendo este paseo con el nombre de "El salón". En los tiempos del primer cuarto de este siglo XX era utilizado preferentemente por la gente distinguida para sus paseos, como el resto lo hacía en "La Florida", y en él se dieron por esa época brillantes fiestas. Conocimos en un lateral, cerca de la salida a la calle Manuel Iradier, hasta los años treinta, un retrete cerrado, y otro abierto que permaneció hasta años después, bajo la vía. En las reformas que se efectuaron al desaparecer el primero se colocó el jardincillo existente frente a la mencionada calle».  (Fuente: Venancio del Val - año 1976)