El río Zadorra discurre, casi por completo, por Álava
«No hace mucho tiempo, el río era lugar de tablas, jabón y ropa que lavar. El agua de las casas era para beber. A lavar había que bajar al río. Frotando en maderas o piedras, las mujeres sacaban las manchas de sudor y polvo de la ropa sucia. Primero había que enjuagar, luego jabonar, y siempre restregar. El sol secaba la ropa sobre la hierba o tendida en el cordel, y la remataba de blanco sin ayuda de lejías ni detergentes. Para lavar, agua y jabón, si acaso un poco de azulillo para ayudar al sol. El jabón era casero, no había otro. Se hacía a partir de aceite y sosa caústica. Aquel jabón no cuidaba la piel como los de ahora. Pero eliminaba bacterias y manchas, a base de restregar, sabañones en invierno y llagas en las manos». (Fuente: www.viviendorios.com)
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