Se trazó y se abrió modestamente en el año 1820
«Detrás del Instituto, las calles del Prado y San Antonio se encuentran en la línea del magnífico invernadero, que guarda y da vida a las más delicadas especies de plantas de adorno. Los paseos se bifurcan en curvas irregulares sobre piso de suave y fresca arena. Entre sus bordes se extienden grandes jardines ingleses, donde se alzan cien especies distintas de lozanos y hermosos árboles, a cuyos pies y entre grupos de caprichoso y enredado follaje brotan miles de preciosas flores en todas las estaciones». (Fuente: Ricardo Becerro de Bengoa - año 1880)
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