Entierro de un guardia municipal
En la primera mitad del siglo XX las personas más allegadas, vestidas de luto riguroso, acompañaban por las calles de la ciudad al espectacular carruaje, totalmente negro. Tiraban de él varios caballos, conducidos por un cochero elegantemente vestido. Numerosas personas presenciaban el paso de la comitiva, manifestando un silencio sepulcral.
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