El Citroën de Emilio Álava
"La década de 1920 era tiempo de apuestas. Emilio Álava Sautu tuvo la oportunidad y no la desperdició cuando su amigo y contrincante comercial Toribio Erenchun, concesionario de Ford, le comprometió una mañana de otoño de 1924 en el popular Café Iruña y apostó con él que no subía al monte Gorbea con su cascarilla, un Citroën 5 CV, equivalente al Seat 600 de la época. No sólo ascendió a la cruz del monte, sino que también lo hizo a las campas de Urbía y al Campillo por las escaleras de San Miguel y San Bartolomé". (Fuente: www.elcorreo.com)
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