Año 1951 - (Autor: Foto RAGÓN) - (Fuente: Revista "Vida Vasca")
La pureza del aire y la tranquilidad del silencio son las notas de estos pueblos
La pureza del aire y la tranquilidad del silencio son las notas de estos pueblos
«En el campo alavés las tierras laborables están seccionadas en parcelas reducidas y agrupadas en términos. El propietario pone en sus parcelas la simiente a placer y, al dar los frutos, la variedad y el colorido del campo son inmensos. Al paso de las máquinas queda el campo convertido en un mar de mieses, con apretadas olas de gavillas, entre las que el labrador se yergue como un buen capitán. La iglesia en lo más alto, y amparadas a su alrededor las casas irregulares de singular estructura, típicos caseríos con su jardín y su era. Cerca del pueblo, algún prado con castaños, donde juegan los chiquillos. A la entrada del pueblo, por el camino principal, una cruz. Los domingos por la tarde, las vecinas se juntan a la salida del Rosario para quedarse a murmurar. Y los hombres van a ver los sembrados o juegan al mus en la taberna. Así viven nuestros campesinos alaveses, en un ambiente de sencillez y libertad». (Fuente: Agustín Anda Ruiz de Escudero)
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