Hacia el año 1927 - (Fuente: Revista "Vida Vasca")
Un abrazo permanente a la hermosa llanada vitoriana
«Un chopo, árbol fiel de la llanada de Vitoria, dióme su sombra una tarde de estío a orillas del río Zadorra. Sus hijas, las gentiles ramas, las que siempre están estiradas, como queriendo alcanzar por el día la luminosa cara del sol para acariciar sus dorosas barbas, y por la noche servir de báculo y compañía a la solitaria luna, en su eterno y siempre andar sin descanso, ofreciéronme, con suave y graciosa inclinación de sus cimeras, un lar de sedoso heno perfumado. Había en toda la ribera un silencio palpitante. Estaba mudo el aire, callaban los pájaros, y el otras veces platiquero río ahogaba la parla en sus durmientes aguas. El Zadorra, que velaba mi sueño, alargó hacia la orilla su brazo de cristal y me acariciaba la frente con una mano de espuma plateada. Fue este río, con su tranquilidad solemne, quien recogió en su seno la palabra real que dijo: ´Mientras el Zadorra corra hacia el Ebro, Vitoria tendrá sus fueros´». (Fuente: Laudelino León - año 1949)
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