Hacia el año 1920 - (Autor: Pedro Gonzalo Busto) - (Fuente: Photo Araba)
Se brinda generoso a la ensoñación y al encantamiento
«No sé cuáles terrenos riegan los ríos sagrados; que números de encantados cuentos urden con sus ondas cristalinas; de cuántas hazañosas gestas aparecen como eco y recordación; hasta dónde la poesía ha de envolverlos en sus mantos áureos, misteriosos y fantásticos. Sólo sé que el Zadorra es mi río sagrado. Ni me importa lo que rememorar puede: hechos bélicos y faustas ocurrencias; ni le disputo por más grande o más chico que otros, mirando el correr de sus linfas. Para mí... es muy grande. Y en esa visión que de él guardo, la vernácula y primitiva, la que tener quiero y no la de ninguno que él no sea. ¡Qué hermoso me parece!
Se precipita loco en el salto del molino, en la vertiente del cauce apresado, en cascadas que figuran el destrenzamiento ruidoso de las madejas de cristal que las aguas forman atemorizadas, en su despeñarse, apretujándose unidas en consorcio de amor». (Fuente: Herminio Madinaveitia - año 1927)
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