Año 1944 - (Fuente: "Vida Vasca")
Día de mercado en la plaza y sus alrededores
«Vitoria se despereza a las ocho de la mañana. La Plaza de Abastos empieza a engullir por sus puertas el abigarrado conjunto de cocineras, muchachas de servicio y señoras que, o no tienen servidumbre, o prefieren atender por sí mismas a esa ciencia tan importante como es la de seleccionar los manjares para condimentar una comida. Estas señoras son, indudablemente, las que con más filosofía conocen el secreto de hacer unas buenas migas con sus maridos, hasta el punto de tenerlos a la hora de comer como a unos verdaderos tortolitos enamorados. A mediodía, dejamos por un momento los puestos de verdura y el olor característico a pescado de la Plaza de Abastos, donde el cerebro femenino labora en plena ebullición en su ciencia predilecta, la economía, es decir, la docena de huevos por la que piden veinte pesetas llevársela por tres duros, cuatro pesetas y noventa y cinco céntimos». (Fuente: Fernando Vadillo - año 1949)
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