Año 1929
Los 42 alumnos de la clase con su admirable profesor
«El ´maestro de escuela´ no conoce el desaliento, para él no existe en el diccionario la palabra ´claudicación´. Es la representación del heroísmo, el más genuino redentor de la infancia con su palabra sabia, que cura la ignorancia. Rindamos una admiración pública al maestro alavés, ya viejo y retirado de la palestra donde se curtió, una admiración sencilla, con sumisión ardiente, sin límites. Pedimos un homenaje que sea el reconocimiento a su dilatada labor magna y a su obra profundamente humanizadora y bella. Y cuando el ´maestro de escuela´ se siente desalentado, cuando el desconsuelo prende en su corazón, cuando se estima inferior a la misión a la que ha sido llamado, cuando un destello de ira o desamor nace en sus entrañas..., pide fuerzas para continuar la lucha y el camino penoso, para que no le falte el consuelo de la esperanza ni el rayo luminoso de la fe, ni el halago dulce y confortable del amor». (Fuente: Ángel Viribay)
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