18 de julio de 1948 - (Autor: José María Parra) - (Fuente: AMVG)
Posando junto a los toreros en la plaza vitoriana
«En la plaza ellas suelen escuchar los enardecidos requiebros de los aficionados, y les gusta gritar hasta perder la voz; pero, por encima de cualquier cosa, son entusiastas verdaderas de los toros y de las suertes arriesgadas y a ellas prestan toda su atención para coronarlas con un grito de triunfo o de espanto. De ahí que siempre que puedan se acomoden en un tendido de sombra, lo más próximo posible al toril. Esta misma afición se dio entre las manolas, que adoptaron este nombre a partir del año 1835; y también en las chulas madrileñas, última fase en la evolución del tipo. La diferencia es que ésta ya sabe leer y, aunque sigue asistiendo a verbenas y toros, la chula prefiere el café a la buñolería o la taberna y, de vez en cuando, gasta sus ahorros en alguna pieza de teatro. Siguen gritando en la plaza, pero ya no van en calesa, como sus antecesoras, sino en ómnibus». (Fuente: Mª Isabel Jiménez Morales)
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