Año 1910 - (Autor: Balbino Sobrado) - (Fuente: AMVG)
Palco de honor de la plaza y tendido repleto de gente
«Los toros a los que se refiere Herminio Madinaveitia en su obra ´Oro sangriento´, publicada en 1913, son los toros de la fiesta de Vitoria. El año 1913 registraba la revelación de un torero, Juan Belmonte, que había de cambiar los derroteros de la fiesta. Se protestaba entonces por la crueldad que suponía el que pobres caballos agotados por el trabajo al servicio del hombre muriesen despanzurrados a la vista de miles de espectadores. Los aficionados señalaban el número de caballos arrastrados por las mulillas, como índice inequívoco de la bravura de los toros. Los constantes reproches por el sacrificio cruel de pobres jacos llevaron a cambios en los gustos del público. La autoridad estableció que los caballos no saliesen al ruedo hasta que el toro fuese fijado. Más tarde, se implantaron los petos y arreciaron las protestas por el abuso de los picadores, ante la impunidad que les daba el peto para destrozar los toros a mansalva».
(Fuente: "Licenciado Rompelanzas" - año 1944)
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