Año 1935 - (Autor: Ceferino Yanguas) - (Fuente: AMVG)
Un paseo lindo, simpático, atrayente y acogedor
«Tendíase desde el Prado, allá donde concluye, hasta la fuente del Mineral. Era plácida; yacía como en un dulce y encantado reposo; desarrollábase fácil, en curvas apenas indicadas, graciosas, fáciles también; en meandros suaves, festones, pudiera decirse; irregulares, que adornábanla y la daban aire de grato misterio. Despejada, limpia, como dos cordones verdes que elevábanse al cielo, la limitaban dos hileras de chopos; la adormecía, con su murmurio bullanguero y parlante, un regatillo que a uno de sus lados deslizábase y por entre las linfas del cual se asomaban, primaverales, violetas amorosas y hasta en la invernada, porque bastábales un pobre aliento de sol, chiribitas humildes con sus radios níveos y su botoncillo central de jalde. No la ahogaba, agobiador, el follaje, ni las ramas entrecruzábanse para guardarla misteriosa. Su misterio surgía de su propia claridad y limpieza, sin ocultaciones». (Fuente: Herminio Madinaveitia - año 1944)
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