(Fuente: ATHA)
Partido de voleibol en el patio del convento de Las Salesas
Partido de voleibol en el patio del convento de Las Salesas
«En el siglo XIX y hasta el primer tercio del siglo XX, solo se vio como socialmente aceptable la práctica deportiva entre las chicas si se cumplían requisitos como: el carácter burgués y acomodado de la mujer; la práctica en espacios privados; la actividad deportiva alejada de la exigencia física, el contacto, la agresividad y la violencia; y cercana a la dulzura, la sutileza, la armonía de movimientos propios de la feminidad; y la consideración de que la mujer deportista lo era en tanto en cuanto no fuera requerida para su deber de la maternidad. Muestra de ello es que la educación física para la mujer solo se entendió, desde el dominante alegato moralista, católico e higienista. Se pretendió desarrollar dispositivos de feminización en la vida privada, doméstica y laboral, con el objeto de garantizar una maternidad sana y la mejora de la raza. Se veía con rechazo que las chicas realizaran un deporte de contacto». (Fuente: Ismael Pérez-García)
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