Hacia el año 1910 - (Autor: Lorenzo Elorza) - (Fuente: ATHA)
Dos niños contemplan los patos del estanque
«Es en las mañanas estivales cuando La Florida se nos muestra más lozana. ¡Cuánto me gusta atravesarla de extremo a extremo, despacio si la hora me lo permite, paseando por sus avenidas gráciles de rubia arena! Y aspirar el perfume de las flores que lagrimean la perlina escarcha que en ellas puso la noche. Y el sol, rompiendo con alfileres ígneos la matinal neblina, no posee suficiente calor todavía para evaporarla. Es entonces, sí, cuando La Florida huele a perfumes de femenil encanto, porque ella es femenina y encantadora... Recoleta y silente, no alardea de pomposidades de artificio, ni de mármoles escultóricos, ni de frondosidades fundidas en el azul. Es sencilla, tal vez radicando en ello el secreto de su beldad, sencilla como el pueblo al que hermosea y al cual idolatra, sencilla como sus hijos que buscan regazo fresco en las sofocantes tardes agosteñas, bajo la fronda arbórea de sus verdes ropajes». (Fuente: Fernando Vadillo - año 1946)
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