Hacia el año 1905 - (Autor: Lorenzo Elorza) - (Fuente: Photo Araba)
Aburrida y monótona en invierno; alegre y bullanguera en verano
Aburrida y monótona en invierno; alegre y bullanguera en verano
«Vitoria la reposada, Vitoria la íntima...; la de las tardes grises estremecidas por el cierzo, la de los altos chopos con sus siluetas de sombra gravemente ondulantes, la de la inmensa melancolía provincial, ¡qué bien se duerme en tu remanso de paz cuando se está cansado!, ¡qué dulcemente abrazas al hijo caminante, con tu grato silencio! Yo no sé qué decir de Vitoria; yo no puedo juzgarla, como no puedo juzgar a los míos, como no puedo juzgarme a mí mismo. Las cosas de uno se las quiere, sean buenas o sean malas. Para querer a la madre nadie piensa en sus gustos ni en sus ideas; se la quiere porque es la mitad de la vida que uno lleva dentro. Tiene mucho de madre el pueblo donde se nace. Quien vive lejos de su patria chica siente que allí está su tradición. Yo no puedo pensar nunca en mi pueblo sin escuchar una voz misteriosa y profunda que me sobrecoge y me atrae: ¡la voz de la tierra!». (Fuente: Luis Olariaga - año 1924)
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