Hacia el año 1950
"Feliz aquél que no ha visto más río que el de su patria"
«Yo no sé cómo son los ríos sagrados; de qué caudal de agua deben nutrirse. Sólo sé que el Zadorra es mi río sagrado. Con su tranquilidad solemne, en pausa de recogido sosiego, con su ritmo arrullador, sigiloso; con su deslizarse blando y suave, que aquí nieva, rutilante y fugaz, el jugueteo rápido de olillas plateadas... Y el sol llovizna en él polvo de oro; y el cielo estampa en su haz la fantasmagoría de las nubes; y los luceros le besan estallando en fulguraciones brillantes; y la lluvia pellizcante lo enturbia, salpicando gotas de diamante. ¡Oh, mi Zadorra...! Que reflejas en tu espejo las cimas argentadas del Gorbea, que peregrinando abandonas tu solar para perderte en mares azules; que en tus corrientes retratas el reposo feliz de nuestros pueblecillos. ¡Oh, mi Zadorra...! Empalidecido cuando el alba medrosa despiértase en él; verdiazulenco o irisado si el sol le asetea con su dardear de fuego; bermejeando al ocaso». (Fuente: Herminio Madinaveitia - año 1927)
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