Año 1920 - (Fuente: Fundación Sancho el Sabio)
Un paseo para gozar del ambiente perfumado y del agua de los estanques
«Vitoria, la ciudad pacífica y silenciosa en el invierno, se entrega de lleno a la vida en cuanto el verano se acerca. Despiertan en ella ávidos deseos de saturarse de luz, de color y de belleza. Muchos atractivos ofrece el verano en esta ciudad y uno de los mayores es, sin duda, el paseo por La Florida en las noches estivales. En los días calurosos, al atardecer, como motivo de distracción, y para respirar una atmósfera pura y fragante puede decirse que todo Vitoria se congrega bajo los árboles ya centenarios del parque. Suena la música, unas veces para hacer gustar las exquisiteces de los músicos, otras para bailar; y al reclamo de su mágico sonido va llenándose La Florida. El bullicio, la alegría ruidosa, el perfume sin igual de las noches de verbena se da en nuestra Florida, sin que falte el humear de las castizas churrerías. En el redondel que circunda al quiosco se congrega abigarrada la multitud». (Fuente: Francisco Javier de Landáburu - año 1927)
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